El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que
protegen y sustentan los órganos pélvicos (vejiga, útero, vagina y recto en
mujeres) resultando clave para el buen funcionamiento de éstos.
El parto, la menopausia, deportes de alto impacto para esta zona (como el running), el estreñimiento o la obesidad, resultan
altamente lesivos, haciendo que estos músculos se vuelvan más laxos y a lo largo
del tiempo sean causa de determinadas patologías como la incontinencia
urinaria y fecal o prolapsos (caída de los órganos hacia el exterior).
Es por ello que resulta fundamental ejercitar este grupo de músculos
como si cualquier otra parte del cuerpo se tratara, desde la juventud, no cuando ya están dañados y su recuperación resulta más
dificultosa.
¿Qué puedo hacer?
Existen varias formas para tonificar el suelo pélvico, la más conocida son los “Ejercicios de Kegel”.
En primer lugar es importante localizar los músculos
pélvicos, una buena forma para ello es cortar el chorro miccional (al orinar)
unas 5 veces un mínimo de 10 segundos.
Una vez que se tenga consciencia de cuál es la contracción correcta de
los músculos , comenzaremos con la pauta de ejercicios, que consistirán
básicamente en contraer y relajar la zona de forma repetida. Para ello:
- Vaciaremos la vejiga.
- Contraemos el suelo pélvico durante 10 segundos.
- Relajamos el suelo pélvico durante 10 segundos
- Realizamos el mismo ejercicio (contraer-relajar) 10 veces.
Este ejercicio se debe realizar
un mínimo de 3 veces al día. Los cambios no se notan de la noche a la mañana,
como todo ejercicio de tonificación tarda unas semanas en verse la diferencia.
A continuación podréis ver un vídeo que resume los expuesto anteriormente de una manera más gráfica
Otra buena maneras de ejercitar el suelo pélvico, e intensificar los Ejercicios de Kegel es
mediante el uso de "bolas chinas" llamadas Pesarios y de venta en farmacias. Su
empleo consiste en introducirlas por la vagina y realizar la tabla de ejercicios descrita anteriormente o bien otro tipo de ejercicio como andar, de tal manera que el suelo pélvico debe mantenerse contraído y haciendo fuerza
para evitar que éstas se caigan, por acción de la gravedad. Existen varios tamaños dependiendo de la mujer y sus necesidades así como de modelos.
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